Es uno de los tumores malignos más frecuentes en los hombres y constituye una de las primeras causas de muerte por cáncer entre los varones en todo el mundo.
Consiste en la degeneración maligna de las células que conforman la próstata y está asociado al envejecimiento, de modo que usualmente comienza a desarrollarse a partir de los 50 años de edad.
Hay diversos tipos de tumores malignos de la próstata. La mayoría progresan muy lentamente, casi nunca provocan síntomas y no se extienden a otras partes del cuerpo (cánceres de bajo grado de malignidad), por lo que los individuos afectados usualmente mueren por otras causas y no por el cáncer de la próstata, que puede pasar inadvertido y no ocasionar problemas durante la vida. Esto ocurre, generalmente, en los individuos de edad avanzada porque ellos producen pocas cantidades de las hormonas, lo que incrementa el tamaño de estos tumores.
En otros casos, los tumores pueden ser muy agresivos, tener un crecimiento rápido y en poco tiempo afectar otros órganos (metástasis).
Factores de riesgo
Las principales condiciones que lo propician son la edad (mayores de 65 años), el antecedente de este tipo de cáncer en otros hombres de la familia (padres, hermanos), el uso prolongado de hormonas sexuales masculinas (andrógenos), la obesidad y las dietas ricas en grasas.
Signos y síntomas
El cáncer de próstata en sus etapas iniciales no ocasiona síntomas y, como muchas veces es de lento crecimiento, no llega a manifestarse durante la vida. Sin embargo, los tumores agresivos y en etapas avanzadas pueden provocar síntomas como:
- Dificultad para orinar.
- Disminución de la fuerza y el calibre del chorro de orina.
- Sangre en la orina o en el semen.
- Hinchazón (edema) de los miembros inferiores.
- Malestar o dolor en la pelvis.
- Dolor en los huesos.
Detección oportuna
Se recomienda la realización periódica del tacto rectal en los hombres mayores de 50 años (o desde los 45 años en quienes tienen factores de riesgo para la enfermedad), como parte del examen médico de rutina. Si se encuentra algún cambio sospechoso, el paso siguiente es realizar un examen de sangre que detecte la presencia de antígeno prostático específico (prueba de PSA) y, en caso necesario, realizar una ecografía de la próstata o tomar una pequeña muestra de tejido prostático (biopsia) para análisis de laboratorio.
Tratamiento
No todos los cánceres de la próstata requieren tratamiento. Para tomar esta decisión hay que tener en cuenta las características del tumor (si es agresivo o no y si está localizado en la próstata o se ha extendido a otros órganos), la edad al momento del diagnóstico, el estado de salud general del individuo y los beneficios, así como los posibles efectos no deseados de los tratamientos disponibles, entre otros factores.
Los tratamientos comprenden la cirugía, la radioterapia y la terapia hormonal. Esta última consiste en el uso de ciertos medicamentos que bloquean la producción o la actividad de las hormonas masculinas (andrógenos) que inducen el crecimiento de las células cancerosas.
Consulte con el médico.
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