miércoles, 14 de mayo de 2014

CUIDA TU PIEL!!

A medida que usted envejece, se incrementa el riesgo de que se produzcan lesiones en la piel. La piel es más delgada, más frágil y se pierde la capa protectora de grasa subcutánea. Además, se  disminuye la capacidad de sentir el tacto, la presión, la vibración, el calor y el frío. De esta manera, la piel está en mayor riesgo de lesionarse.
Frotar o halar la piel pueden causar desgarros cutáneos y los vasos sanguíneos frágiles se rompen fácilmente. Se pueden formar hematomas y acumulaciones de sangre planas (púrpura) y elevadas (hematomas), incluso después de una lesión menor.
Esto se observa principalmente en la superficie externa de los antebrazos, pero puede ocurrir en cualquiera otra parte del cuerpo. Los cambios en la piel y la pérdida de grasa subcutánea combinados con la tendencia a ser menos activo, al igual que algunas deficiencias nutricionales y otras enfermedades contribuyen a la aparición de úlceras de decúbito.
La piel envejecida se repara a sí misma más lentamente que la piel joven. La curación de una herida puede ser hasta 4 veces más lenta, situación que contribuye a la generación de úlceras de decúbito e infecciones. La diabetes, los cambios en los vasos sanguíneos, la disminución de la inmunidad y factores similares también afectan la curación.

Los cambios en la piel están entre los signos más visibles de envejecimiento. Las evidencias del aumento de la edad incluyen las arrugas y la piel flácida. El encanecimiento del cabello es otro signo obvio de envejecimiento.
La piel cumple muchas funciones. Protege del medio ambiente, ayuda a controlar la temperatura corporal y el equilibrio de líquidos y de electrólitos e igualmente contiene muchos receptores nerviosos que permiten percibir sensaciones como el tacto, el dolor y la presión.
Aunque la piel tiene muchas capas, en general se puede dividir en tres partes principales:
  • La parte externa (epidermis) contiene células cutáneas, pigmento y proteínas.
  • La parte media (dermis) contiene vasos sanguíneos, nervios, folículos pilosos, glándulas sebáceas y suministra nutrientes a la epidermis.
  • La capa interna bajo la dermis (la capa subcutánea) contiene las glándulas sudoríparas, algunos folículos pilosos, vasos sanguíneos y grasa. 
Los cambios en la piel están relacionados con factores ambientales, constitución genética, nutrición y otros factores; sin embargo, el factor aislado más importante es la exposición al sol. Esto se puede ver comparando las áreas del cuerpo que tienen una exposición regular al sol con áreas que están protegidas de la luz solar.


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