A medida que usted envejece, se
incrementa el riesgo de que se produzcan lesiones en la piel. La piel es más
delgada, más frágil y se pierde la capa protectora de grasa subcutánea. Además,
se disminuye la capacidad de sentir el tacto, la presión, la vibración,
el calor y el frío. De esta manera, la piel está en mayor riesgo de lesionarse.
Frotar o halar la piel pueden
causar desgarros cutáneos y los vasos sanguíneos frágiles se rompen fácilmente.
Se pueden formar hematomas y acumulaciones de sangre planas (púrpura) y
elevadas (hematomas),
incluso después de una lesión menor.
Esto se observa principalmente en
la superficie externa de los antebrazos, pero puede ocurrir en cualquiera otra
parte del cuerpo. Los cambios en la piel y la pérdida de grasa subcutánea
combinados con la tendencia a ser menos activo, al igual que algunas
deficiencias nutricionales y otras enfermedades contribuyen a la aparición de
úlceras de decúbito.
Los cambios en la piel están
entre los signos más visibles de envejecimiento. Las evidencias del aumento de
la edad incluyen las arrugas y
la piel flácida. El encanecimiento del cabello es otro signo obvio de
envejecimiento.
La piel cumple muchas funciones.
Protege del medio ambiente, ayuda a controlar la temperatura corporal y el
equilibrio de líquidos y de electrólitos e
igualmente contiene muchos receptores nerviosos que permiten percibir
sensaciones como el tacto, el dolor y la presión.
Aunque la piel tiene muchas
capas, en general se puede dividir en tres partes principales:
- La
parte externa (epidermis) contiene células cutáneas, pigmento y proteínas.
- La
parte media (dermis) contiene vasos sanguíneos, nervios, folículos
pilosos, glándulas sebáceas y suministra nutrientes a la epidermis.
- La
capa interna bajo la dermis (la capa subcutánea)
contiene las glándulas sudoríparas, algunos folículos pilosos, vasos
sanguíneos y grasa.
Los cambios en la piel están
relacionados con factores ambientales, constitución genética, nutrición y otros
factores; sin embargo, el factor aislado más importante es la exposición al
sol. Esto se puede ver comparando las áreas del cuerpo que tienen una exposición
regular al sol con áreas que están protegidas de la luz solar.
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